Club seguro para la comunidad LGTBIQ+

¡Hola, hola mis amoreeees! Me encanta estar por aquí de nuevo, hablándoles de lo que más me gusta: ¡Bar Chiquita! Y es que, una que es de la calle y acostumbrada a ver de todo un poquito, sabe realmente qué es lo bueno y no se pone a inventar. Sitios de rumba es lo que hay, pero, club seguro para la comunidad LGTBIQ+, solo uno y Bar Chiquita es el que es, mor.


Después de una semana de esas que uno siente que la vida lo cogió de piñata, el mejor bar gay de Medellín y Bogotá, te invitan al despeluque. Y es que ¡qué vamos a hablar maricadas! Chiquita no es un bar ¡eso es un santuario, una iglesia de tacones altos, lentejuelas, y libertad! Entrar allá es como meterse en el clóset de Lady Gaga: puro brillo, puro show, y sin que nadie mire feo.


Seguridad, mor, pero sin perder el glamour

Lo más chimba, y se los digo con la mano en el corazón (y la otra en la copa de guaro), es que Bar Chiquita, además de ser LA discoteca gay, ¡es el refugio, mija! El club seguro para la comunidad LGTBIQ+. Como ese cuarto que uno tenía en la casa donde podía llorar, cantar y echarse escarcha sin que nadie lo juzgara. 

En Bar Chiquita, uno puede ser maric@, trans, lesbiana, queer, unicornio, alienígena o simplemente rumbero de esencia, y todo bien. Nadie te toca (a no ser que querás), nadie te molesta, y si algún bobo se pone fastidioso, lo van sacando más rápido que lo que dura un ex tóxico sin hacer drama. 

Y es que los meseros, los de seguridad, y hasta el DJ, todes tienen el don de cuidar a la manada. Si ven a alguien medio raro lo van ubicando pa que encuentre su lugar en el mundo lejos de aquí, con sonrisa incluida, pero con la firmeza de una tía brava con rodillo en mano. Ah, y si vas solx, siempre vas a encontrar quien te diga algo bonito que te alegre la noche o por lo menos, te invite a un shot acompañado de un «tranqui amigui, que aquí no pasa».

 

Bar Chiquita, el club seguro para la comunidad LGTBIQ+, es el sitio pa quitar el miedo y descualquierarse como si no hubiera un mañana, y todo eso, sin estar mirando por encima del hombro a ver quién se te va acercar. Porque nuestra seguridad es la inspiración de esta rumba y el único peligro que existe es que se nos corra el maquillaje antes de la media noche.

El Pride se viene con toda, y los que nos visitan, también

Y hablando de que se viene con toda, se viene el Pride, mis amores, y la mejor discoteca gay de la ciudad va a estar más llena que los jeans de Karol G. Ya van llegando todos esos riqui-riqui que nos visitan, buscando fiesta, y Bar Chiquita, les tiene la mejor donde se puede rumbear una chimba y sin miedo. En el último Pride conocí a un francés divino que bailaba reguetón como si hubiera nacido en Envigado. Me contó que aquí se sentía libre y seguro. ¡Hasta me pidió mi Insta! información que, por supuesto, yo le di.

Bar Chiquita es otra cosa

Amiga, todo hay que decirlo. Una noche en Bar Chiquita es ¡otra cosa! Puro perreo, puro show, los mejores cocteles y un ambiente de no creer. Mis drags, divinas, se encargan de ponerle el drama a la noche y después del primer shot ¡no respondo! Bar Chiquita es una joya escondida entre las calles de Medellín y Bogotá, pero tan brillante que hasta los gringos la encuentran con Google Maps.

Entonces ya sabés, bebé. Si de rumba buena y segura se trata, Bar Chiquita es el que es. Y si me ves con el francés, ¡no vas interrumpir que el amor no se puede hacer esperar!